lunes, 16 de marzo de 2009

PROPUESTA PARA EL 4-5: SOL-PP / / HIJOS DE MAFALDA

Nuestra Visión del que Hacer Revolucionario en Chile:
Documento de discusión para el encuentro del 4-5 de abril
¡¡A construir el instrumento político del pueblo en lucha!!

La derrota del capitalismo no solo
es necesaria desde un punto de vista político,
sino que la derrota del capitalismo y
la construcción del socialismo es una necesidad
para la subsistencia de la especie humana.


1.- Chile ha entrado en un periodo de transformación y cambio. A las diversas crisis económicas mundiales y nacionales, se suma el proceso que marca el fin de todo un periodo de gobernabilidad post dictatorial. Necesariamente, se abre un periodo de convulsiones políticas en mayor o menor grado. Así también, convulsiones sociales que abren nuevas perspectivas para los revolucionarios. La sociedad burguesa chilena, construida post dictadura, necesita un reacomodo. Las crisis económicas internas y externas, las que hoy tienen un carácter endémico las impulsan, marcando así el fin de todo un periodo político de gobernabilidad concertacionista.
Seguiremos viendo, en los próximos meses, el reflejo de estas crisis en los distintos ámbitos, así como seremos también testigos de las diversas formas que la gran burguesía, así como la pequeña burguesía y las expresiones políticas que dicen representar a las capas medias, maniobrarán en la coyuntura para mantener su dominio y la gobernabilidad burguesa. Esto lo harán a través de estrategias neo fascistas, o neo reformistas y pseudo socialdemócratas, las que se expresarán en este nuevo escenario. Pero a todas luces, los pueblos de Chile, las clases desposeídas y humilladas, las clases trabajadoras explotadas, los pobres del campo y la ciudad y en general, el proletariado chileno, no tienen, hasta ahora, una expresión política propia, que represente independientemente sus intereses en el nuevo periodo de la lucha de clases que se abre. Por ello, justamente la gran tarea de los revolucionarios en este periodo es lograr la creación de una expresión política del proletariado, que confronte a sus enemigos de clase directamente, se enfrente a las distintas maniobras que buscan mantener a la burguesía en el poder, y separe aguas de las expresiones políticas que se asocien y comulguen con nuestro enemigo.

2.- La tarea enunciada anteriormente, esto es la creación de la expresión política revolucionaria del proletariado chileno, no es posible que la acometa ningún grupo político en particular y tampoco una simple alianza de pequeños grupos políticos marginales y sin inserción de masas. Es una tarea que debe ser asumida por un conjunto muy amplio de organizaciones sociales, de masas, de trabajadores y políticas. Solo una expresión política así construida logrará representar a la mayoría de nuestro pueblo, y de esta forma romper realmente la marginalidad política y lograr instalarse en la sociedad como una opción de dirección, construcción y conducción nacional, con la capacidad y decisión de realizar los grandes cambios que requiere Chile en función de los intereses de las clases trabajadoras y de todos los pueblos que habitan nuestro país.
En otras palabras, la tarea que nos convoca la debe acometer un gran frente unitario que integre grupos, organizaciones políticas, revolucionarias y a una amplia gama de organizaciones de trabajadores, sociales y populares que sean verdaderamente anticapitalistas y que unidos se planteen la lucha contra el Estado burgués. Esta lucha se debe expresar específicamente como la tarea política de llevar a los trabajadores y al pueblo al gobierno y al poder, con el objetivo de construir una nueva sociedad que responda efectivamente a nuestros intereses de clase.

3.- Sin embargo, las tareas de la unidad no pueden ser abstractas y vagas si se quiere enfrentar este desafío seriamente. La unidad solo puede tener sentido si goza de una política que le permita enfrentar las tareas, asumir desafíos y confrontar las diversas coyunturas. La unidad solo puede ser fructífera si logra crear una línea política y una forma de construcción orgánica que permita operar en la lucha de clases. En este sentido, hay varios elementos fundamentales a esclarecer: por ejemplo que entendemos por socialismo, y en consecuencia que modelo de sociedad pretendemos construir; como definimos poder popular, y los mecanismos y herramientas para desarrollarlo; como enfrentamos la inserción política social de base, y como la implementamos. En síntesis, cual deben ser las tareas y responsabilidades que debe asumir la nueva fuerza política revolucionaria naciente.
Desde la perspectiva orgánica, el instrumento a construir debe tener un carácter federativo, ya que es fundamental para crear una nueva identidad que permita y facilite la unidad, la acción conjunta y al mismo tiempo mantener las identidades de cada organización y la diversidad de acción dentro de ciertos límites, fijados de forma común por una política elaborada colectivamente.
Desde la perspectiva política, nuestro proyecto unitario deberá estar en función de la incorporación, a este proceso, de movimientos sociales de masas dispuestos a confrontar a nuestro enemigo de clase común. Debemos ir agrupando en este proceso a las expresiones de los pueblos originarios, a expresiones organizadas de luchas poblacionales, sindical, juveniles, estudiantil, ecológicas, de minorías sexuales y culturales. Para poder lograr la incorporación de estos movimientos de masas a nuestro proceso, tenemos que tener una flexibilidad orgánica, política y de contenidos muy amplia, al mismo tiempo que una orientación muy clara sobre a lo que convocamos y una vocación democrática, horizontal y protagónica que a todos entregue garantía de respeto y participación.

4.- El instrumento político e ideológico a construir tiene que proponer el cambio total de la sociedad actual, debe impulsar las transformaciones sociales, políticas y económicas anticapitalistas urgentes y necesarias, así como también impulsar las luchas reivindicativas y la organización popular, y debe plantear claramente la tarea de derrocar a los gobierno de los ricos en Chile y que la clase trabajadora y el pueblo conquiste el poder. Para lograr dicho objetivo, nuestra labor en esta lucha, es la construcción de una fuerza propia del pueblo.
Todos los que conocemos la historia latinoamericana y mundial, sabemos que nunca la burguesía dejará pasivamente el poder. Ocupará todas las herramientas a su alcance para impedir el avance de las fuerzas transformadoras, populares y proletarias. Por tanto, la única posibilidad que el pueblo tiene para derrotar la resistencia burguesa, es la política de la construcción de poder popular. En las condiciones actuales, este proceso tomará la forma de construcción del poder dual del pueblo y los trabajadores frente al poder de la burguesía, sus clases aliadas y subordinadas. Se abrirá así un período de inestabilidad política, que podrá ser favorable para los revolucionarios siempre y cuando sepamos actuar sobre estas nuevas condiciones.

5.- Por lo anterior, es que resulta fundamental comprender que, en el actual momento del desarrollo de la confrontación con la burguesía, todas las formas de lucha de masas son válidas y necesarias, y se deben expresar en el qué hacer revolucionario, como luchas reivindicativas y en la construcción y organización de poder popular, tareas que debe tener un carácter clasista. Este trabajo debe generar una profunda confianza en el desarrollo de las fuerzas y organizaciones propias del pueblo, y en especial la confianza entre las organizaciones revolucionarias, que nos permita el surgimiento de la iniciativa autónoma para las organizaciones de nuestro pueblo. Cada reivindicación social debe ir acompañada de la convicción de que solo se resolverán de fondo los problemas de nuestra clase, cuando los trabajadores y el pueblo asuman totalmente el control del Estado y el gobierno. Cada lucha social iniciada por nuestras fuerzas debe contener en si misma este triple carácter: la lucha decidida y revolucionaria por las reivindicaciones populares; la construcción del poder popular; y la convicción de que el movimiento de masas, solo controlando el Estado y asumiendo el gobierno, podrá ejercer libremente sus intereses de clase.

6.- La dirección del proceso político que estamos generando hoy, requiere imprescindiblemente la construcción de la fuerza social revolucionaria que lleve adelante este proceso, pero la situación política actual, no garantiza que esta sea favorable para nosotros, ya que dicha conducción del movimiento de masas, puede ser liderado nuevamente por una fracción reformista, o incluso una fracción burguesa bajo la forma de neo fascismo o populismo. Por eso es que la disputa de las masas populares esta aún abierta. Debido a esta situación, los revolucionarios corremos el grave riesgo de que la reconstrucción del movimiento popular se haga bajo un liderazgo reformista, lo que inevitablemente traerá una nueva derrota para nuestro pueblo, y junto a ello la marginación y derrota de los revolucionarios. Por lo tanto, es una labor política fundamental abrir rápidamente un cause revolucionarios donde las masas populares, hastiadas de este sistema y descontentas con los gobiernos y partidos de turno, puedan encontrar una expresión política propia, que refleje fielmente sus intereses en este nuevo período abierto en la lucha de clases. Por eso, la creación y aparición pública de esta nueva fuerza política obrera y popular es urgente y necesaria para que en la lucha de clases los dominados encuentren y construyan su propia expresión política, y se exprese así un movimiento popular construido bajo una nueva dirección revolucionaria.

7.- La urgencia de esta tarea no solo es de tiempo, sino también de formas: requiere que esta fuerza emerja dando la batalla en las calles, las fábricas, los liceos, en el campo, en la cultura, en las elecciones, en la ideología y en general, en todos los frentes en que la burguesía actúa y establece su dominación. Para nosotros, la lucha debe ser la única forma de acumular fuerzas y demostrar nuestro carácter de clase, así como dejar en claro al pueblo de Chile que la senda revolucionaría representa el único camino de transformación social profunda y consecuente de los intereses de las clases explotadas. Este proyecto, por tanto, también debe ser expresado en las coyunturas electorales. En este último ámbito es donde los revolucionarios irresponsablemente hemos cedido ventajas a nuestro enemigo de clase, situación que debemos superar de forma metódica y sistemática, desarrollando estrategias y tácticas que nos permitan confrontar a la burguesía y al reformismo, con el objetivo de no permitir que ellos sigan ganando terreno y consecuentemente preparen una nueva derrota para nuestro pueblo. Al respecto, creemos fundamental y estratégico legalizar este instrumento antes de las próximas elecciones municipales, para que en dicha confrontación electoral el proletariado y los pobres de Chile tengan una alternativa clasista y de lucha con la cual identificarse. La fecha máxima para lograr este objetivo es 2011, lo que implica empezar este desafío durante el 2010. De esta forma, las expresiones revolucionarias de rebeldía y poder popular a nivel nacional podrán confrontarse a la burguesía también en dichas coyunturas electorales.

8.- Impulsar nuestro proyecto al interior del pueblo nos demanda tareas prácticas concretas. Las tareas de construcción de poder popular son tareas de trabajo de masas que debemos enfrentar coordinadamente. Debemos crear espacios de encuentro entre los diversos actores sociales donde se puedan impulsar las luchas. Formando así, al más breve plazo, coordinaciones estudiantiles, poblacionales, sindicales, o sobre áreas temáticas como educación, trabajo, vivienda, salud, etc. que nos permitan ir construyendo programas de lucha (pliegos reivindicativos, sectoriales, regionales y nacionales, como el pliego del pueblo); desarrollando tácticas comunes, que impulsen nuevas organizaciones de masas que asuman la lucha política y social; creando espacios de participación, militancia y lucha de los nuevos sectores populares que se incorporen a nuestro instrumento. De esta forma, además, se fogueará nuestra fuerza y se generarán las confianzas para emprender tareas futuras; al tiempo que se le tomará el pulso al estado de ánimo de nuestro pueblo, a sus necesidades, realidades y niveles de conciencia. Todos estos elementos nos permitirán calibrar nuestra política y, en la diversidad propia de un instrumento colectivo y federativo, tener un accionar correcto para realizar la tarea que nos convoca: llevar a nuestro pueblo al poder y realizar la revolución popular y proletaria en Chile.
Chile, Marzo 2009

Firman este documento:
Hijos de Mafalda
Solidaridad Organización y Lucha – Partido del Pueblo (SOL-PP)

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