sábado, 21 de marzo de 2009

PROPUESTA DEL PARTIDO DEL TRABAJO

APORTE POLÍTICO AL DEBATE DE LA MESA DE IZQUIERDA

PROPUESTA PROGRAMÁTICA

Por un Chile donde la justicia social y la igualdad sean realidad y la economía esté centrada en el ser humano, sea solidaria y sustentable.

Es necesario ofrecer una alternativa real para acabar con el sistema capitalista, el modelo neoliberal y cualquier otra forma que pueda asumir la sociedad capitalista. El proyecto de sociedad que defendemos es el Socialismo, que significa alcanzar la libertad, una plena democracia, la justicia y una vida digna, lo que solo podrá ser construido con la unidad y la lucha de los trabajadores y los jóvenes.
Esto significa implementar una política económica y social inspirada en los valores de la justicia social y centrada en el ser humano, en su desarrollo integral, tanto en sus condiciones de trabajador como de consumidor. Aspirar a una efectiva justicia y solidaridad en la vida económica y social. El trabajo de cada cual y la solidaridad de todos deben regular el acceso de cada chileno a los consumos básicos que determinan la calidad de vida: alimentación, salud, educación, vivienda, cultura y recreación. La igualdad también debe existir entre hombres y mujeres: en el trabajo, en los derechos establecidos por la ley, en las posibilidades de desarrollo personal y profesional, en las responsabilidades de vida familiar y social, en las normas culturales y morales con que se juzgan las conductas de ambos sexos.
A recuperar los valores básicos de la solidaridad entre las personas. La educación y la salud de calidad deben ser garantizadas a toda la gente como un derecho, independientemente de sus ingresos.
Especial esfuerzo debe hacerse en la superación de los problemas que afectan a grupos más desválidos o discriminados: la infancia y la juventud pobres, los exonerados políticos, las personas de la tercera edad y los pueblos originarios. Los derechos de estos grupos deben ser promovidos y protegidos por leyes especiales.
que la sociedad democráticamente organizada ejerza el control sobre las riquezas básicas, industrias y servicios de carácter estratégico para el desarrollo económico. De la misma manera se debe regular todo el sistema socioeconómico, adecuando las relaciones entre mercado y planificación, así como las diversas formas de la propiedad. El Estado debe ser profundamente transformado para que sea funcional a estos propósitos.
Propiciar un desarrollo que sea armónico con la naturaleza, que no deteriore la tierra, el agua, el aire y los recursos naturales. Por el contrario, la nueva economía que promueva y expanda la energía creadora de todos los que trabajan, deber ser sustentable: permitir el desarrollo presente y asegurar el futuro.

Por un Chile con democracia efectiva y participación real.

Debemos Aspirar a un Chile donde florezcan las libertades y donde el respeto a los Derechos Humanos sea el más irrestricto. Debemos garantizar, en primer lugar, el derecho a la vida, lo que implica el rechazo más categórico a la tortura y la supresión de la pena de muerte. En el nuevo Chile que propiciamos deben estar garantizados el derecho a la educación y a la cultura, los derechos de expresión, culto, circulación, prensa, organización, petición, huelga, investigación científica, creación artística, intelectual y cultural.
Terminar de raíz con todas las limitantes y cortapisas en el ejercicio de la democracia dejadas por la dictadura: leyes de amarre y Constitución pinochetista, sistema electoral binominal antidemocrático, invariabilidad del gasto en Defensa, Consejo de Seguridad Nacional.
Por un sistema electoral proporcional, en el que las minorías tengan posibilidades reales de representación en los planos local, regional y nacional.
Implementar un sistema refrendario de consulta a la población respecto de los grandes temas de sociedad, cada vez que un grupo importante de ciudadanos sea capaz de concitar una iniciativa de este tipo. Somos partidarios de la existencia de normas legales que obliguen a los titulares de cargos de representación popular a dar cuentas periódicas de su gestión, pudiendo ser revocados en cualquier momento. Queremos que la democracia invada todos los ámbitos de la vida nacional: el derecho a voto y a afiliación política debe hacerse extensivo a los suboficiales y clases de la FF.AA. y de orden.
Para que la democracia sea real y efectiva, no puede limitarse a los cuerpos del Estado. La democracia que propiciamos la concebimos como una forma de vida en todos los estamentos de la sociedad: en las empresas, en los centros de enseñanza, en los campos, barrios y comunas, en las organizaciones sociales. La democracia debe ser sinónimo de protagonismo popular, de existencia de un poder de base autónomo, lo que necesariamente lleva aparejado un proceso de descentralización política que permita una autonomía y un poder real a las regiones y comunas y a las organizaciones populares. En suma, no sólo debemos aspirar a la “participación”, sino al ejercicio del poder por el pueblo en cada uno de los organismos del cuerpo social.
Por un país con un sistema político sin tutelaje militar. Esto significa FF.AA. y de Orden sujetas al poder civil, con mandos subordinados al Poder Ejecutivo democrático, integradas a las tareas de desarrollo económico-social y profundamente respetuosas de la población y de los Derechos Humanos.
Para concretar estas aspiraciones democráticas, una Asamblea Constituyente, genuina expresión de la soberanía popular, debe sentar las bases de una nueva institucionalidad.

Por un Chile en el que imperen plenamente la verdad y la justicia.

Para que impere la justicia es imprescindible que todos los autores y cómplices, sean estos civiles o militares, de tantos crímenes (asesinatos, torturas, desaparecimientos) cometidos bajo el amparo de la dictadura, sean juzgados y castigados, cualquiera sea su rango, función o jerarquía. Nos indigna la impunidad de hecho que se ha tendido sobre estos delitos aprovechando la ley de amnistía de 1978. Esa ley debe ser anulada.
Es necesario que el aparato judicial sea profundamente reformado y depurado de aquellos funcionarios que con su complicidad facilitaron las violaciones a los Derechos Humanos y se negaron a hacer justicia. Para que reine la justicia es necesario terminar con la impunidad que los tribunales militares brindan a los miembros de las FF.AA. y de Orden, creando una casta de individuos privilegiados. En definitiva, es preciso sustituir el carácter profundamente clasista reaccionario de la justicia que es dura con el pobre y comprensiva con el poderoso. Por una justicia igual para todos.

Por un Chile donde se valoren y respeten todas las expresiones sociales y culturales de sus habitantes.

Por un país tolerante de las ideas y comportamientos: en lo social, moral y religioso, en lo generacional y en lo sexual, en lo intelectual y artístico. Aspiramos a una sociedad abierta, dinámica, que valore y potencie la diversidad cultural que contiene. Luchamos por una sociedad efectivamente laica y pluralista, en que el amor, la sexualidad, el SIDA, el divorcio, el aborto, la homosexualidad no sean los tabúes de una sociedad pacata.
En especial, luchar por la restauración de los derechos conculcados a los pueblos originarios: su derecho a la tierra, a la autonomía, a conservar sus culturas y tradiciones. A rechazar la celebración de los 500 años porque la conquista de nuestro continente constituyó una empresa de saqueo, genocidio y aplastamiento cultural de los pueblos que vivían en esta tierra.

Por un Chile independiente y soberano, solidario con los pueblos del mundo entero.

En un mundo en que la bipolaridad representada por los dos bloques ha desaparecido, el alineamiento de Chile tiene ahora menos justificación que nunca. Luchemos por sacar a nuestro país del área de influencia económica, política y militar de los Estados Unidos. Chile junto a todos los países de América Latina deben dejar de ser parte del dispositivo de seguridad militar de la potencia del Norte que hoy sitúa a todo aquél que no lo apoya en enemigo y terrorista. La política exterior de Chile debe caracterizarse además, por su decidido aporte a la desmilitarización, a la desnuclearización y a la supresión de la carrera armamentista.
Impulsar la solidaridad con los pueblos que luchan por su libertad, su autonomía e independencia. Nuestro país debe estar del lado de los oprimidos en cualquier lugar del mundo y de los que luchan contra la explotación, la opresión o la dominación extranjera.

PLATAFORMA MÍNIMA DE LUCHA

Para profundizar la unidad del pueblo proponemos luchar por los siguientes puntos:

Convocatoria a una Asamblea Constituyente.
Para conquistar plenamente la democracia y la libertad, y garantizar la justicia social, es necesario acabar con la Constitución del 80, aprobada por Pinochet.

Salud para toda la población.
Hay que garantizar un sistema nacional de salud para todos los habitantes. Todas las cotizaciones obligatorias de trabajadores y empleadores deben ir a un Fondo Nacional de Salud. La salud no puede ser tratada como un negocio más, ante todo es un derecho.

Educación pública de calidad.
Hay que acabar con el deterioro de la enseñanza en Chile. La enseñanza pública tiene que ser un orgullo, hay que acabar con el sistema educación municipalizada y particular subvencionada y reconstruir un sistema nacional de educación pública de calidad. La inversión en educación es una prioridad. Basta de transferencias de fondos al sector privado: El dinero público para la educación pública.

Pensiones basadas en un sistema nacional único, de propiedad social bajo control de los trabajadores y pensionados.
Proponemos poner fin cuanto antes al sistema de AFP que no puede garantizar la jubilación de la mayoría de la fuerza laboral, se convertirá en una carga cada vez mayor para el estado que tendrá que garantizar las pensiones mínimas, y además otorgar pensiones a todos los que han quedado fuera de l derecho de recibir jubilaciones de las AFP por las llamadas “lagunas previsionales”. La pensión, tras una vida de trabajo, debe alcanzar para una vida digna; reclamamos el establecimiento de una jubilación mínima de $200.000 mensuales.

Nacionalización de las riquezas básicas y los servicios esenciales.
Para recuperar la soberanía nacional, para financiar las reformas y las inversiones que el país necesita con urgencia, es necesario recuperar las riquezas básicas que han sido privatizadas, comenzando por la renacionalización de la producción de Cobre. Los servicios esenciales de energía, agua, comunicación y carreteras en manos de multinacionales deben ser propiedad de la sociedad chilena.
Terminar con la entrega del 10% de las utilidades del cobre a manos de las Fuerzas Armadas; que estas platas sean destinadas a objetivos sociales, como terminar con la pobreza.

Anular las privatizaciones fraudulentas
El descubrimiento de centenares de cuentas secretas de Pinochet y sus allegados civiles y militares, ha dejado al descubierto la corrupción que se escondía tras su discurso de la probidad pública. El patrimonio del Estado fue rematado a precio vil, y sobre la base de este robo se construyeron las mayores fortunas y grupos de poder. Exigimos el estudio de todas las privatizaciones bajo la dictadura, el establecimiento de las responsabilidades penales y civiles, y la anulación de las privatizaciones mal habidas.

Reforma Agraria
Hay que acabar con el latifundio y la penetración de las multinacionales en el agro chileno, y la destrucción del medio ambiente.
La tierra para los campesinos, desarrollo de las empresas agro industriales para los trabajadores del campo. Restitución de tierras a las comunidades mapuches y de los otros pueblos prehispánicos.
Hay que garantizar que los trabajadores del campo y pescadores artesanales, tengan asegurada una fuente sustentable de ingresos, protegiendo a la tierra y las especies, de la destrucción por contaminación y sobre explotación provocadas en gran medida por multinacionales que buscan el lucro rápido.

Salario.
El salario mínimo tiene que ser fijado en base a cifras reales de lo que necesita el trabajador para vivir con dignidad. En este momento $250.000 nos parece el mínimo razonable para el salario mínimo.
Hay que prohibir la discriminación salarial por razón de sexo. Hoy día la mujer en Chile gana de promedio un 30% menos que el hombre. A igual trabajo, igual salario.

Vivienda.
Que todas las familias puedan acceder a la vivienda en condiciones dignas. Terminar con el drama de los Allegados, ellos también tienen derecho a una vivienda digna. Solución inmediata al drama de los deudores habitacionales. Condonación de deudas de las familias de escasos recursos, repactación especial para el resto de las familias trabajadoras con problemas para hacer frente a sus deudas hipotecarias. Esto tanto para los deudores del Serviu como del sector privado.

Nacionalización de la Banca y las otras instituciones financieras.
La Banca se ha concentrado en pocas instituciones, la mayoría de propiedad de multinacionales extranjeras, que han hecho ganancias por sobre la media de toda la industria en Chile. Necesitamos que las instituciones financieras estén bajo la soberanía nacional como pilares del desarrollo del país.

Derechos Humanos.
Justicia y castigo a los culpables de los crímenes, torturas y atropellos. Reparación seria para las victimas.
Hay que evitar la impunidad para asegurar que en Chile nunca más vuelva a repetirse una dictadura que viole sistemáticamente los derechos humanos.
Terminar con el Servicio Militar Obligatorio y con el actual carácter y rol de las Fuerzas Armadas chilenas.
Programa de enseñanza en todos los colegios de lo sucedido durante la dictadura militar-fascista y en las anteriores represiones contra los trabajadores y el pueblo, para educar en los valores de los derechos humanos a las futuras generaciones.

SOBRE UNA FORMA DE ORGANIZACIÓN DEL MOVIMIENTO

El nuevo movimiento se construye y se seguirá construyendo en las luchas democráticas y revolucionarias que nuestro pueblo libra en todos los ámbitos: político, económico-social, ideológico, así como en el debate transparente, franco y leal de las distintas culturas políticas que coincidan en este esfuerzo de construcción de una alternativa popular.
El movimiento es el resultado colectivo de varios compañeros y compañeras que entran a desarrollar esta experiencia en condiciones de igualdad: “una persona, un voto” es la condición básica y primera para el funcionamiento democrático como organización. Será a partir de allí y del esfuerzo desplegado por levantar esta nueva organización que se están formando y se formarán sus líderes y dirigentes.
Los trabajadores, pobladores, estudiantes, que hemos iniciado este camino lo hacemos confiando sólo en nuestras fuerzas, en lo que podemos hacer con la unidad y la autonomía.

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